Comer cuando se tiene hambre física parece algo obvio, es como decirte que bebas cuando tengas sed. La realidad es que comes muchas veces sin tener hambre y esto te perjudica.
Piensa ¿hasta ahora has comido desde la cabeza o desde el estómago? Sí, claro, has comido con el estómago siempre. Pero has comido seguramente desde la cabeza controlando lo que comes, viviendo en modo dieta constantemente. Y comes debido a los hábitos negativos y las emociones.
Sólo hay un tipo de hambre, el hambre física, todo lo demás es mental. Los pensamientos, el deseo de comer, es la hora de comer, huele muy bien, que buena pinta tiene, qué rico debe estar, me apetece, se me hace la boca agua, se me van lo ojos de lo bueno que debe estar. Todo eso es mental, es de la cabeza, no es hambre física.
El hambre física se siente en la zona de la boca del estómago, justo debajo del esternón. Es una sensación física, y la sientes o no la sientes.
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El hambre física se siente en el estómago, lo demás es mental.
La manera de notar si tienes hambre física es ésta, pon la mano en el estómago, al estilo de Napoleón, y te vas a preguntar, con la intención de conectar con tu estómago “¿realmente tengo hambre?”. Recuerda que es muy importante la intención al hacerte la pregunta, preguntar por preguntar, no sirve para nada. Después de hacerte la pregunta, si no sientes nada en el estómago, es que no tienes hambre física y si sientes algo vamos a explorar si es hambre física.
Por favor, hazte la pregunta con la intención de conectar con tu estómago, con los ojos cerrados “¿realmente tengo hambre?”.
Hay personas que no notan nada en el estómago, es porque no tienen hambre física, quizás han comido antes y no notan nada en el estómago. Otras personas sienten como un vacío, como un agujero en el estómago y creen que tienen hambre. Algunas notan una sensación como una comezón, un cosquilleo, un hormigueo, un run run en las tripas, algo como un rugido, un grag grag, etc y creen que tienen hambre.
Por lo tanto, después de hacerte la pregunta, y para simplificar, hay tres opciones:
- No siento ninguna sensación.
- Hay una sensación de vacío o agujero.
- Hay diversas sensaciones en el estómago.
Como la gente confunde cualquier sensación en el estómago con el hambre vamos a ir poco a poco, explorando cada una de ellas para saber si es hambre física.

Si no sientes nada en el estómago es que no tienes hambre física. Tuve una clienta que me decía, “no siento nada en el estómago, pero debería tener hambre porque no he comido nada desde que me he levantado y son las 4 de la tarde”. El hambre física es una sensación en el estómago, si no la tienes es que no tienes hambre.
Los pensamientos son actividad de la mente y el hambre física es una sensación física en el estómago. Si no sientes nada en el estómago es que no tienes hambre y lo demás son pensamientos de la cabeza.
Si tienes la sensación de vacío o agujero en el estómago no es hambre, es que el estómago está vacío. Si estás en un sitio en silencio y no se oye nada no estás sordo, es que hay silencio. Silencio no es sordera y estómago vacío no es hambre, es estómago vacío o agujero en el estómago que es lo mismo.
Ahora le toca el turno a las diversas sensaciones que se confunden con el hambre física. Muchas personas sienten los nervios o la ansiedad en el estómago y lo confunden con el hambre física.
Vamos a aclararlo. La ansiedad o los nervios en el estómago aparecen de pronto, y con una intensidad determinada en el estómago que no cambia, es plana, no va a más a medida que pasa el tiempo.
Muchas personas en cuanto sienten esto en el estómago creen que es hambre física, y comen. No lo es, y comiendo no se resuelve nada, aparte de un cierto alivio temporal.
Sabemos que la sensación física de hambre es más intensa a medida que pasa el tiempo, es como las ganas de hacer pis, más tiempo, más intensidad. Y el hambre física se soluciona comiendo, no hay otra forma.
Si tienes dudas entre el hambre física y la sensación de nervios o ansiedad en el estómago, espera unos minutos. Si la intensidad de la sensación no cambia, es nervios o ansiedad y si se hace más intensa es hambre física.
Ahora voy a explicar la sensación que más se confunde con el hambre física. En el siglo diecinueve, Iván Pavlov, un científico ruso hizo un experimento muy conocido con perros, comida y una campana. Se le ocurrió poner comida para los perros y tocar una campana para llamar su atención. Los perros aprendieron pronto que el sonido de la campana era igual a comida. El escenario era éste: comida, campanada y perros. Y así durante varias semanas.
Transcurridos unos días, Pavlov cambió el experimento, decidió no poner comida y tocar la campana para observar la reacción de los perros. Procedía así, tocaba la campana (no había comida) y los perros venían. Repitió el experimento muchas veces y los perros seguían viniendo con el sonido de la campana a pesar de que ya no ponía la comida.
Para su sorpresa, Pavlov observó que los perros, aunque llevaban bastantes días sin encontrar comida al oír la campana, salivaban y segregaban jugos gástricos. En sus cerebros seguían asociando el sonido de la campana con comida. A esta reacción de los perros que acudían por el sonido de la campana la llamó reflejo condicionado.
Muchas personas sienten un reflejo condicionado con la comida. A la hora del desayuno, jugos gástricos; a la hora de la comida, jugos gástricos; a la hora de la cena, jugos gástricos. Y así día tras día. Su cuerpo está habituado a comer a ciertas horas y automáticamente segrega los jugos gástricos.
Se trata de un reflejo condicionado porque solemos seguir prácticamente siempre los mismos horarios en las comidas. Ahora te voy a pedir que tengas una actitud abierta porque lo que voy a decir te va a sorprender. Los jugos gástricos no son hambre física, son jugos gástricos.
Confío en tu actitud abierta y te lo voy a demostrar. Seguramente te ha pasado alguna vez, que eran sobre las 2 de la tarde, notabas una intensa sensación en el estómago (jugos gástricos), pero no tenías tiempo para comer porque estabas muy ocupado. Pasa el tiempo y llegan las 6 de la tarde, te paras un momento y no notas nada en el estómago y piensas, “se me ha pasado el… hambre”.
El hambre no se pasa sin comer, va a más y más hasta que comes, porque es un mecanismo de supervivencia. Si no notas los jugos gástricos en el estómago es que no es hambre física. Los jugos gástricos aparecen a la hora de comer, creemos que son hambre física, pero no lo son.
Éstos son sólo una respuesta del cuerpo que está acostumbrado a comer casi siempre a las mismas horas. Los jugos gástricos pueden ser intensos, pero no son hambre física.
Hace tiempo que comes y comes sin notar la sensación de hambre física. La sensación de hambre física no es comparable con nada de lo que has sentido habitualmente en el estómago. No es una sensación de vacío a agujero, ni los jugos gástricos, ni es una comezón, ni un cosquilleo, ni un hormigueo, ni un “run run” en las tripas, ni algo como un rugido, ni un “grag grag”, etc.
Te he explicado con detalle todo lo que no es hambre física y te he dado una idea de cómo será cuando la sientas. Por favor, no te esfuerces en encontrar esta sensación, vendrá sola. Cuando la sientas por primera vez no te confundirás al notarla, va a más, y su intensidad es mayor a medida que pasa el tiempo.
Cuando te haces la pregunta, “¿realmente tengo hambre?”, la respuesta puede ser Sí o No. Es importante que confíes en la respuesta de tu estómago. Es Sí o No, no hay tonos grises, ni dudas, ni me parece…, creo… Dicho de otra manera, igual que tienes o no tienes ganas de hacer pis, tienes o no tienes hambre física. Si te lo piensas o no estás seguro es que no es hambre física.
Si la respuesta es Sí, es decir que tienes hambre física, lo razonable es comer, pasar hambre, no te lo recomiendo, no es saludable. Si la respuesta es No, es decir, que no tienes hambre física, y es posible que sea una respuesta frecuente porque tienes sobrepeso, demasiada energía, entonces eliges si comes o no comes.
La palabra clave es elegir. En tu vida diaria no eliges conscientemente comer o no comer, lo haces de forma automática, debido a los horarios, los hábitos o las emociones. La manera de romper este automatismo es hacerse la pregunta siempre, antes de comer o beber algo que no sea agua, escuchar la respuesta del estómago y si ésta es No, entonces eliges comer o no comer.
Es probable que tengas en mayor o menor medida, ansiedad por la comida, notes que la comida te controla, que piensas constantemente en comer y que tengas culpabilidad porque comes en exceso. Todo esto es de la mentalidad de dieta, y la forma de liberarse de ella es mediante la pregunta y eligiendo, así pasarás de comer desde la cabeza a comer desde el estómago progresivamente.
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Te haces la pregunta, escuchas al estómago y ELIGES.
Cuando has hecho dietas el control de lo que comías lo tenía un especialista que te decía lo que debías o no debías comer. El poder sobre lo que comías también era de ese especialista, y si te paras a pensar, no aprendiste nada haciendo dietas.
En cambio, cuando eliges, el poder lo tienes tú, el control lo tienes tú y aprendes tú eligiendo. Es muy diferente estar obedeciendo a alguien que te dice qué, cuánto y cuándo puedes comer que asumir el mando de tu proceso de adelgazar conectando con la inteligencia de tu estómago y eligiendo.
¿Qué opinas sobre esta sensación de hambre física?
¿Sabes reconocerla en tu cuerpo?
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